Esta es una estrategia muy inteligente que viene del corazón de Dios al tuyo con el propósito de ayudarte a romper los límites de crecimiento en tu ministerio. Es posible que ya tengas varios años pastoreando una iglesia o liderando una célula y el crecimiento haya sido muy lento o está detenido, o quizás viva otra situación donde llegan muchas personas pero no se consolidan, mantienes el mismo número de miembros, pero siempre con personas distintas, llegan los nuevos creyentes y se van los antiguos, la iglesia entra en un ciclo de inestabilidad, nunca consigues pasar la barrera de los 200, 300, o de los 500 miembros, sientes como que si no hubiera permiso para seguir creciendo, a veces cuando estás a punto de subir a otro nivel, ocurren divisiones, distracciones, pérdida del enfoque y otra vez tienes que volver a empezar, sientes un vacío y una ausencia de una visión clara y productiva. Una buena estrategia maximiza nuestro poder de conquista, trae nueva motivación y un mayor despertar espiritual.